top of page

Lo que Pornhub me enseñó

Eva MAZÁS

El porno sería a la educación sexual lo que Abascal a la democracia, una aberración. Pero probablemente muchos de los hombres que conozco saben más nombres de actrices de la industria o categorías de vídeo que las propuestas electorales del fascismo.

 

Seguimos criando chicos cuyo concepto de sexo dista mucho de lo que realmente significa. Un “mete-saca” en el que lo único que importa es su excitación propia y llegar al clímax, por lo menos ellos. No es una carrera y alguno aún no sabe que no tiene mérito acabar el primero. Seguimos criando chicas que piensan que tienen que estar perfectamente depiladas, que lo único que importa es que el hombre -si se habla de relaciones heterosexuales-  disfrute, y muchas aún no saben lo que es un orgasmo.

 

No sé en qué punto me di cuenta de lo que significaba el sexo, ni por qué me daba miedo. Fue cuando conseguí hablarme a mí, íntima, sincera conmigo misma, cuando me di cuenta de que era por las expectativas. Yo no era como las chicas que salían en las películas que comentaban mis compañeros de clase, ni me parecía a ellas físicamente ni me agradaban las situaciones que se escenificaban.

 

Ellos en cambio no. Veneraban mujeres que, cuando crecí aprendí, sufren situaciones de acoso, violencia o abusos sexuales, todo mientras trabajan. Ellos aprendieron que tienen que tirar del pelo, agarrar del cuello y dar cachetes, pero nunca aprendieron, por ejemplo, dónde está el clítoris. Nunca aprendieron porque lo más parecido a la educación sexual que recibieron -y recibimos- fue un link a una página web.

 

Uno de cada cuatro hombres se inicia en la pornografía antes de los trece años y un 75% antes de los dieciséis. Las estadísticas que Pornhub hace públicas cada año resultan abrumadoras. La industria pornográfica mueve millones cada año y es la iniciación al sexo de una cantidad incontable de personas y, a día de hoy, sigo sin entender la poca importancia que se le da a esto. No voy a entrar en debate de si el porno es machista, ya que para mi un debate no existe cuando la respuesta es obvia.

 

El sexo es natural, es un acto biológico del ser humano, como ir al baño. ¿Por qué entonces se nos enseña cómo debemos hacer una cosa pero no la otra? Fácil, porque sigue siendo un tema tabú del que parece que los adultos aún tienen miedo a hablar. Durante los mínimo 10 años de enseñanza obligatoria que hay en España, los estudiantes reciben una o dos charlas de educación sexual cuyo máximo exponente es poner un preservativo, en mi caso, en un pene de poliespán. Me enseñan a tener cuidado si no quiero quedarme embarazada, gracias. Espero que cuando lleve otros 10 años estudiando y me toque mi segunda charla de orientación sexual, en la que posiblemente ya haya aprendido más por mi cuenta que por vosotros (o eso espero), le enseñéis a mis compañeros cómo funcionan los genitales femeninos. No hablo de relaciones homosexuales, porque de eso tampoco me hablaron a mi. 

 

Así, cuando me toque mi segunda charla, que tendría que darse entre los 16 y los 26 años, puede que ya sepa más que la persona que me la esté dando. A lo mejor no. De lo que no tengo duda es que el ser políticamente correcto en este tema solo lleva a la desgracia. A convertir algo que gusta a la gran mayoría de la población en otra actividad de la que las mujeres solo somos partícipes, nunca protagonistas. La charla, en mi caso solo fue una, nunca me explicó lo que era el sexo oral, pero así lo hicieron los que fueron mi pareja. Yo no podía hacer lo mismo, ni yo sabía lo que era. Triste, pero en parte razonable, no hay apenas vídeos en los que la mujer sea quien recibe placer, porque si no lo sabíais, solo un 3% de las mujeres consiguen tener un orgasmo solamente con penetración. ¿Eso también lo enseña el porno?

 

¿Y nosotras?¿Nosotras qué aprendimos? Pues lo mismo, que nos tenían que tirar del pelo, agarrar del cuello y darnos cachetes. ¿El clitoqué? Eso se hizo con la práctica, muchas veces en solitario. Y nos conformamos. Eso sí que no tiene perdón. Nos conformamos porque como él llegaba… Ingenuas, pensábamos que eso era el sexo. Es normal que lo pensáramos, nunca nos enseñaron nada sobre él.

Logo de YouTube.png
  • instagram
Logo de Twitter.png

©2019 por Getxoinformaciones. Creada con Wix.com

bottom of page